"VITORIA-GASTEIZ, ¿ciudad dormitorio?"

La sala San Prudencio nos muestra estos días la futura transformación de Vitoria a través de la exposición de su próximo Plan general de Ordenación Urbana. Es éste el documento que define las zonas residenciales e industriales, equipamientos, servicios públicos e infraestructuras. Es decir, el modelo de ciudad.

Sin embargo, en esta ocasión- en contraste con los planes realizados con anterioridad- carece de ambición e incluso deja sin respuesta una serie de incógnitas, claves para el desarrollo urbanístico y humano de la capital al limitarse a resolver en detalla únicamente las nuevas zonas residenciales.

La característica más sobresaliente de la historia urbana de Vitoria ha sido siempre su planificación, que seguía la filosofía de evitar ante todo el crecimiento desordenado. Los ejemplos son constantes: su fundación en 1.181, los ensanches medievales a ambos lados de la colina, la forma de abrirse a la Llanada con la neoclásica Plaza Nueva y la obra singular de Los Arquillos.

Unos criterios de previsión que continuaron en el tiempo con los parques de La Florida y Prado, el paseo de La Senda y, también en este siglo, con la expansión residencial e industrial de las décadas de los cincuenta y los sesenta y que nos llevan a actuaciones más recientes como el Actur de makua y el polígono de Júndiz. La rehabilitación integrada del Casco Medieval y el plan general en vigor son, asimismo, muestras de este principio que ha condicionado la actual fisonomía de Vitoria.

Pero la ciudad continúa su transformación. El modo de vida ha cambiado en las últimas décadas, los hábitos de consumo, nuestro tipo de trabajo, los rituales de ocio…En consonancia son imprescindibles otros proyectos, otras ilusiones, solucionar los problemas actuales, apostar por un futuro que es casi una realidad. La capital tiene la oportunidad, en estos momentos, de plantearse sus grandes retos y de establecer racionalmente de qué tipo de servicios, equipamientos e infraestructuras quiere dotarse.

Aunque el plan adolece de carencias fundamentales, no es otro el objeto de esta reflexión, resuelve la expansión residencial con casi 22.000 nuevas viviendas al Este y Oeste- indudablemente una preocupación ciudadana prioritaria- y apuesta por un gran cinturón verde, reflejo de su trayectoria medioambiental. Pero no es suficiente.

Tras analizar el documento que marca el futuro de la ciudad, da la impresión de que se evitan desafíos comprometidos y de que en ocasiones tan sólo algunos se citan tímidamente. Y así, todas las interrogantes surgen en torno al palacio de congresos, auditorio, ciudad de las ciencias, biblioteca central, recinto de ferias de muestras, estación de autobuses….No se aportan soluciones a problemas como la expansión del campus universitario, el entorno y las conexiones del Pabellón Araba, la imprescindible circunvalación Sur como principal unión entre las nuevas zonas residenciales Este-Oeste, la viabilidad de tranvía… Faltan elementos que funcionen como motores de transformación del espacio.

Estamos en las puertas del nuevo milenio y Vitoria exige un nuevo espíritu, un nuevo escenario, un modelo que ilusione a sus ciudadanos. Sin este esfuerzo habitaremos una ciudad poco más que residencial, en la que su autocomplacencia es la máxima aspiración. En resumen, correrá el riesgo de transformarse en una ciudad-dormitorio.

En Vitoria-Gasteiz, a 14 de enero de 1999
Pablo Carretón. Arquitecto.